
La viruela del mono (mpox, por su nombre en inglés) ha generado alerta mundial desde su aparición en 2022, y México no ha sido la excepción. Aunque el brote actual es menos agresivo que el de la viruela tradicional, esta enfermedad viral sigue representando un riesgo, especialmente para grupos vulnerables. Según la Secretaría de Salud de México, se han confirmado cientos de casos, con mayor incidencia en zonas urbanas. La desinformación y la falta de prevención podrían facilitar su propagación, por lo que es crucial conocer sus síntomas, formas de contagio y medidas de protección.
¿Cómo se transmite y cuáles son los síntomas?
A diferencia de la COVID-19, la viruela del mono no se propaga fácilmente por el aire. El contagio ocurre principalmente por contacto directo con lesiones en la piel, fluidos corporales o materiales contaminados (como ropa o sábanas). También puede transmitirse a través de gotículas respiratorias en contacto prolongado cara a cara. Los síntomas suelen aparecer entre 5 y 21 días después de la exposición e incluyen:
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Fiebre
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Dolor muscular y de cabeza
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Ganglios inflamados
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Erupciones cutáneas (que evolucionan a ampollas y costras)
¿Quiénes están en mayor riesgo?
Aunque cualquier persona puede contagiarse, los brotes recientes han afectado principalmente a hombres que tienen sexo con hombres, debido a la transmisión por contacto íntimo. Sin embargo, esto no significa que sea una “enfermedad exclusiva” de un grupo, sino que refleja patrones de contagio en redes sociales específicas. También son vulnerables personas inmunodeprimidas, niños y quienes tienen contacto estrecho con infectados.
México frente al virus: Prevención y vacunas
Las autoridades sanitarias han implementado vigilancia epidemiológica y recomendaciones clave:
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Evitar contacto físico con personas infectadas.
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No compartir objetos personales (toallas, cubiertos, etc.).
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Lavado frecuente de manos y uso de cubrebocas en entornos de riesgo.
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Aislamiento de casos confirmados hasta que las lesiones desaparezcan.
Aunque existen vacunas (como la JYNNEOS), su disponibilidad en México ha sido limitada y priorizada para grupos de alto riesgo. Por ahora, la mejor defensa es la información y la prevención.
No al estigma, sí a la ciencia
Uno de los mayores desafíos es combatir la desinformación y el estigma asociado a la viruela del mono. Etiquetarla como “enfermedad de un solo grupo” distrae del verdadero problema: es un virus que puede afectar a cualquiera. Compartir datos verificados y evitar juicios discriminatorios es esencial para una respuesta efectiva.
Si presentas síntomas o has tenido contacto con un caso sospechoso, acude a un médico en lugar de automedicarte. La detección temprana ayuda a controlar brotes y protege a tu comunidad.
¿Conoces a alguien que haya enfrentado este virus? Cuéntanos su experiencia (sin nombres) para ayudar a otros a entender la realidad de la enfermedad. La salud pública es responsabilidad de todos.


